El 31 de mayo de cada año se celebra el Día Mundial sin Tabaco, cuyo objetivo consiste en señalar los riesgos del consumo de tabaco para la salud y fomentar políticas eficaces para la disminución del tabaquismo, segunda causa mundial de muerte, tras la hipertensión, y principal epidemia sanitaria prevenible.
La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987, para llamar la atención mundial sobre el tabaquismo y sus efectos letales, promoviendo mensajes claros y positivos en todos los ámbitos gubernamentales, civiles, educativos, familiares, etc. Ciertamente va mucho más allá que 24 horas de abstinencia de tabaco, en sus distintas formas, en todo el mundo.
En los últimos veinte años, este día ha sido recibido tanto con entusiasmo, como con resistencia en todo el mundo, tanto por parte de gobiernos, como organizaciones de la salud pública, fumadores, productores y la industria del tabaco, entre otros.
Cuidar especialmente a la infancia del tabaco y sus daños, es una de las más necesarias y eficaces acciones para construir la Paz. Es tiempo de evolucionar como sociedad, para elegir lo bueno y lo sano para todos, comenzando por los chicos.
Elegir conductas que perjudican a los demás, especialmente a quienes no pueden defenderse, debería estar fuera de toda discusión. De ninguna manera puede considerarse el tabaquismo "un derecho" cuando su práctica deriva en diversas formas de enfermedad y sufrimiento.
Habrá que poner en juego la mayor creatividad humana para reemplazarlo, incluso en términos económicos, para desarrollarnos como sociedad libre de humo, comprometidos con el bien común, que en definitiva es la Paz hecha acción.
Peligros del tabaco en la infancia
por Dr. Fernando García-Sala
Durante el embarazo, se ha comprobado que el consumo de tabaco por parte de la madre se relaciona con problemas de envejecimiento de la placenta con el consiguiente riesgo de desnutrición intrauterina, bajo peso al nacimiento e incluso aborto. Esto es lógico ya que la nicotina ocasiona un menor flujo de sangre a la placenta con la consiguiente merma de oxígeno al feto, causando los problemas antes mencionados. Existen evidencias de que los hijos de madres fumadoras durante el embarazo tienen mayor propensión a padecer déficit de atención, hiperactividad y mayor posibilidad de tener un autismo en comparación con los hijos de madres no fumadoras.
Durante la lactancia, se ha comprobado que la nicotina pasa al bebe a través de la leche materna ocasionando en el recién nacido mayor riesgo de padecer cólico, mayor irritabilidad por el efecto de la nicotina, rechazo del pecho al notar en algunos casos mal sabor de la leche y mayor probabilidad de padecer bronquiolitis.
El pulmón del niño está en continuo desarrollo hasta los diez años de vida por lo que exponer a nuestro hijo al humo del tabaco va a ocasionar una merma en el desarrollo de sus pulmones con mayor secreción de moco ya que el tabaco es un irritante químico que al inhalarlo aunque sea de forma pasiva ocasiona que sus pulmones reaccionen produciendo moco para protegerse lo que da lugar a que el niño tenga más accesos de tos para limpiar sus vías aéreas y por otro lado ese moco es un excelente caldo de cultivo para que cualquier germen habitual en nuestro medio anide y ocasione cuadros tan importantes como neumonías o bronquitis.
Por otro lado se ha evidenciado un mayor número de casos de lactantes con muerte súbita si viven en ambientes con humo. No me vale que los padres me digan que no fuman delante de sus hijos ya que aunque no fumen delante de ellos, los niños viven en la misma casa y por tanto si el padre fuma "solo" en la cocina, el niño tarde o temprano entrara en la misma y aunque creamos que no hay humo, seguro que día tras día iremos perjudicándolos. Por otro lado, el fumador no se da cuenta de que su ropa huele a tabaco y que solo el contacto de su hijo con la misma es suficiente para ocasionarle los problemas antes mencionados.
Los hijos de padres fumadores son niños más enfermizos, con cuadros respiratorios continuos y en los niños asmáticos, las crisis son más repetidas por lo que acuden muchas más veces al pediatra o a las urgencias del hospital, toman más medicamentos al estar continuamente enfermos y se ha constatado que precisan más ingresos hospitalarios que los niños que viven libres de humo.
No nos sirve que los padres manden a sus hijos a un colegio fuera de la ciudad para evitar la polución y al llegar a casa los sometan a una polución evitable que les perjudica. Todos los padres son muy celosos del cuidado de la salud de sus hijos, pero muchas veces olvidan que el fumar es una actitud negativa además de ser un mal ejemplo para cuando nuestros hijos crezcan. Yo siempre digo a los padres que el tener hijos, es una "buena disculpa" para dejar de fumar. Tal vez y ese es mi deseo que tras leer este articulo, más de un padre o una madre deje de fumar al conocer las consecuencias tan negativas que puede tener el tabaco en la salud de sus hijos.
www.elembarazo.net/peligros-del-tabaco-en-la-infancia.html
Fuente: Asociación Argentina para la Infancia (AAI)
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