jueves, 30 de junio de 2011

Beneficios de cambiar los hábitos de vida para prevenir el cáncer de mama

Son muchos los riesgos que hoy se conocen respecto al cáncer, entre estos factores hay uno en especial que un paciente no puede modificar -su historial familiar- sin embargo, la actividad fisica y otras acciones que conforman el hábito son características que pueden ser modificadas..
Un estudio realizado por Petracci y colaboradores encontró a partir de los datos de mujeres residentes en distintas regiones de Italia permitió cuantificar las ventajas que se obtendrían tras abandonar hábitos relacionados con el cáncer de mama.
Este estudio, se realizó con  más de 2 mil 569 pacientes de entre 35 y 64 años que sufrieron cáncer de mama en Florencia entre 1989 y 1993, y un número equivalente de mujeres que se usaron como grupo de comparación. El diseño del estudio consideró  cinco factores de riesgo no modificables (características reproductivas, educación, ocupación, historial familiar e historial de biopsias) y otros tres modificables: consumo de alcohol, ejercicio físico recreativo e índice de masa corporal.
Para clasificar si las pacientes seguían un estilo de vida saludable se determinó su índice de masa corporal -teniendo en cuenta si eran mayores o menores de 50 años-, su consumo de alcohol -dependiendo de si nunca bebieron, lo hicieron pero ya lo habían dejado, o bien seguían haciéndolo- y el ejercicio físico realizado entre los 30 y los 39 años -distinguiendo si se completaban más de dos horas semanales de deporte o no-. Por último, y tras ajustar los parámetros oportunos, se estudió cuál sería la reducción del cáncer de mama si pudieran eliminarse los factores de riesgo modificables, dejando intactos los no modificables.
Los resultados indican que al cabo de dos décadas, la reducción de estos tumores entre mujeres de 65 años sería del 1,6%.
El porcentaje, no es muy elevado. Pero hay un efecto considerable desde el punto de vista de población: por cada millón de mujeres, habría 16 mil que evitarían la enfermedad. Además, las personas más beneficiadas por este efecto serían precisamente aquellas que tienen más factores de riesgo no modificables. Entre esta población, la reducción calculada ascendería hasta el 4,1%.



Así por ejemplo estimando el riesgo a 20 años, una mujer que haya dejado de beber tendrá un 0,7% menos de posibilidades de padecer cáncer de mama que otra que haya conservado el hábito. Mientras que superar el límite establecido de masa corporal (obesidad) conlleva un aumento de riesgo del 5,6%. El motivo es que, aunque a los 65 años la incidencia de la enfermedad es mayor, "las mujeres de más edad tienen una distribución más favorable de los factores de riesgo".

Estas cifras son, proyecciones estadísticas y tienen sus limitaciones. Aunque también la solidez del diseño del estudio, orienta sobre los beneficios posibles de evitar estos  hábitos (consumo de alcohol, sedentarismo y obesidad)  que son por causa de nuestra conducta cotidiana.
Los resultados de la investigación, podrían no ser aplicables a otros lugares; por cuestiones culturales, genéticas, etc. Sin embargo, los datos servirían para "enfatizar la necesidad de estudios de estos hábitos modificables a nivel local, a fin de  proporcionar las mejores estimaciones de riesgo y ayudar en la toma de decisiones de la población general y de los esquemas de tratamiento a desarrollarse.

Fuente:
1.- Petracci E, Decarli A, Schairer C, Pfeiffer RM, Pee D, Masala G, Palli D, Gail MH. Risk Factor Modification and Projections of Absolute Breast Cancer Risk. J Natl Cancer Inst

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