La
Arequipa de Honorio Delgado: 1892-1915
Jueves,
27 de septiembre de 2012
Habiéndose
conmemorado ayer los 120 años del natalicio de Honorio Delgado, y laborando yo
en el Instituto Nacional de Salud Mental que ostenta precisamente el nombre del
egregio psiquiatra, no podía pasar por alto la memoria de este evento.
Y
es que suele soslayarse que Honorio Delgado, si bien accedió a la plena
universalidad por la trascendencia de su pensamiento y obra y la estatura de su
magisterio académico y moral, fue de nacionalidad arequipeña y no peruana.
En
nuestro instituto labora una selecta congregación de colegas que ostentan
asimismo pasaporte arequipeño y podemos dar fe de su ostensible orgullo por el
terruño que los vio nacer.
¿Quién
no conoce Arequipa en el Perú? Físicamente uno puede no haber viajado allí pero
su nombre no es ajeno para nadie y su nombradía alcanza a todos.
Arequipa, ubicada a 1000 km al
sur de Lima y a una altitud de 2335 m.s.n.m. ha sido ponderada por la hermosura
de relicario de su campiña, la enormidad de su tierra agreste, la imponente
presencia del cinturón de altos volcanes coronados de nieve que la circunda, y
esto, adunado a la violencia de sus terremotos, la rebeldía de sus gentes ante
el reto geográfico y las características particulares de su desarrollo
socioeconómico, han labrado el carácter de los arequipeños quienes extienden su
altivez de modo casi congénito a todos los retos de la vida. Arequipa, cargada
de tesoros artísticos e historia, ennoblecida por cédulas reales de España
durante la colonia y distinguida por su indómita actitud durante la época
republicana, ha recibido justificadamente el título de "Ciudad
Caudillo".
Y
en esta ciudad vio la luz Honorio Delgado hace 120 años. Su discípulo Javier
Mariátegui evoca acerca del vínculo de Honorio con su lar natal: "la
añoranza del paisaje, de su campiña, lo acompañó siempre. Huía de Lima en busca
de claridad, de algo que asemejara siquiera al cielo arequipeño (...) Sentía un
entrañable amor al terruño, evocación nostálgica consistente y un ansia
permanente de retorno en busca de la atmósfera espiritual característica de su
ciudad."
Del
inhallable opúsculo editado por Mariátegui, Quiroz, León, Rey de Castro y Alarcón: Tiempo, sabiduría,
plenitud. Estudios sobre la vida y la obra de Honorio Delgado, impreso por la
Universidad Peruana Cayetano Heredia en 1996, extraemos el ensayo "La
Arequipa de Honorio Delgado Espinoza: 1892-1915", de autoría de Eusebio
Quiroz Paz Soldán.
Tras
la lectura del texto, donde se comenta e
ilustra la acendrada influencia de Arequipa en los años formativos tempranos de
Honorio Delgado, queda más clara aquella frase que un día escuchamos a una
dilecta colega arequipeña: "No en vano se nace al pie de un
volcán..."
Para leer el ensayo siga el siguiente enlace:
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