El 05 de octubre celebramos el día de la medicina peruana y 75 años de creación del Ministerio de Salud, que está llevando adelante una gran reforma del Estado en el sector: el Aseguramiento Universal en Salud (AUS) aprobada por la Ley 29344.
Este paso de enorme trascendencia, es el derecho a la atención en salud con calidad y en forma oportuna que tiene toda la población peruana o extranjera residente en el territorio nacional desde su nacimiento hasta su muerte
En este marco de celebración, coincidimos, asimismo con la conmemoración del 125° aniversario del fallecimiento del mártir de la Medicina Peruana Daniel Alcides Carrión, y el 255° aniversario del nacimiento del insigne científico y político peruano Hipólito Unanue., fechas que nos hacen reflexionar sobre nuestra misión y visión de la salud en un contexto de política social.
Para conocer más pueden visitar la Sala Virtual de la historia de los 75 Años del MINSA.
A su vez, a propósito de esta importante fecha, les compartimos unas reflexiones de un médico de la Superintendencia.
SOBRE EL SIGNIFICADO DEL DÍA DE LA MEDICINA
Este martes 5 de octubre, se conmemora un aniversario más del sacrificio de Daniel Alcides Carrión, fecha significativa que ha sido consagrada como el Día de la Medicina Peruana.
Sin embargo, existen un par de hechos importantes que se suelen dejar de lado en estos tiempos de celebración y auto gratificaciones y considero que justamente son los que deberían motivar nuestra más profunda meditación.
Carrión como sabemos, no fue médico, fue un estudiante de medicina.
Entonces ¿Cómo se explica que sea el mártir de la Medicina Peruana? Que una persona que no llegó a culminar sus estudios, cuya acción en su tiempo fue tildada de irresponsable, pueda constituir ahora motivo de orgullo para los médicos.
Y la respuesta me parece simple, como lo son en realidad, las grandes verdades: usando los conocimientos y herramientas de la medicina pretendió resolver un problema con el objetivo de salvar vidas… arriesgando la suya propia.
La reflexión inmediata es ¿Qué convierte a Carrión en un mártir de los médicos? ¿El que tuviera los conocimientos y haya tenido a su alcance las herramientas de la ciencia médica y los haya utilizado? ¿O fue quizá el que haya perdido su vida tratando de salvar la de otras personas, personas que ni siquiera conocía?
Adivinando la respuesta, a riesgo de equivocarme, me permito plantear una pregunta: ¿Qué nos convierte en médicos? ¿Será el tener los avanzados conocimientos y herramientas de los que en la actualidad disponemos? ¿Será, como tantas veces hemos escuchado, no involucrarnos con el sufrimiento del paciente? ¿Será sentirnos aliviados porque no vemos en un paciente al hermano, sino al hígado o al páncreas de la cama 12?
Hay una máxima en medicina primum no nocere (primero no hacer daño).
Cuando un ser humano en un trance de grave sufrimiento por él mismo o por un ser que ama, acude a nosotros, buscando ayuda médica, es cierto, pero necesitando también ser escuchado y consolado y en cambio recibe maltratos o cuando menos nuestra docta indiferencia ¿No lo estaremos dañando?
Por ello es necesario que recordemos en este día especial, las razones por las cuales nos hicimos médicos, aquellas que animaron a muchos aun desde la infancia, de entregar nuestras vidas por nuestros hermanos, quizá no para morir por ellos pero si para vivir por ellos (y no de ellos); y quizá entonces y sólo entonces, podamos elegir comenzar a ser médicos.
Roy Salcedo Bermúdez
Intendencia de Supervisión Autorización y Registro
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